E-Commerce & Finanzas
El panorama se hace sombrío para los malls de EEUU a medida que la crisis de los cines pasa factura
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Cuidemos el medio ambiente
La crisis en el negocio del cine se está extendiendo a través de los centros comerciales de Estados Unidos a medida que los cierres de cines golpean a los restaurantes y otros inquilinos, lo que agrava los problemas financieros de los malls.
Antes de la pandemia, los propietarios de centros comerciales recurrieron a los cines -entre otros negocios, como centros de salud- para llenar los espacios, ya que el aumento de las compras en línea llevó a los minoristas a desocupar las tiendas. Más de un tercio de los centros comerciales de alta calidad del país albergan cines, generalmente como inquilinos “ancla”, que ocupan espacios particularmente grandes y se supone que atraen clientes.
Pero la disrupción del coronavirus ha afectado a los cines aún más que al retail. Los estudios de Hollywood han pospuesto grandes estrenos como No Time to Die, la última película de James Bond.
AMC, la cadena de cines más grande del mundo, advirtió a fines de octubre que podría quedarse sin efectivo para fin de año, lo que generó temores de más cierres después de que su rival Cineworld cerró indefinidamente sus más de 530 pantallas Regal en el mismo mes.
Las propiedades minoristas que sufren las consecuencias incluyen a Oviedo Mall en los suburbios de Orlando, Florida, donde Regal es un arrendatario ancla. El cine atrajo a 600 mil clientes al sitio cada año, dijo Kevin Hipes, un consultor y corredor de bienes raíces comerciales que administra el mall.
“El patio de comidas está sufriendo, ya que ese fue uno de los principales impulsores del tráfico”, aseguró. “Los teatros y el entretenimiento son fundamentales para la transformación de los viejos centros comerciales”.
Competencia del e-commerce
Los malls ya están bajo presión por el cierre de tiendas y las quiebras de los minoristas, que durante la pandemia han perdido más participación de mercado frente al comercio electrónico. Morgan Stanley pronosticó que entre el 30% y el 35% de los centros comerciales estadounidenses cerrarán dentro de cinco años.
Los cines se han enfrentado a grandes restricciones en EEUU desde marzo y, como resultado, pagaron incluso menos arriendo durante la pandemia que los minoristas más afectados.
Retail Properties of America, un fideicomiso de inversión en bienes raíces que cotiza en bolsa y que posee 102 propiedades, recibió solo un 9% del arriendo adeudado de las salas de cine en el segundo trimestre.
Cineworld, que tenía pasivos de leasing por US$ 4.200 millones en su balance al 30 de junio, dijo en septiembre que había renegociado decenas de arrendamientos para aplazar o reducir su factura de arriendo.
Los cines ocupan sitios grandes, generalmente entre 4.180 m2 y 6.038 m2, y pagan un arriendo que va de US$ 222 a US$ 333 por m2. Eso es significativamente más que las grandes tiendas por departamento, que pagan muy poco arriendo ya que aseguraron generosos acuerdos con los desarrolladores cuando se construyeron los malls hace décadas.
Los cines solían llegar más tarde, pero en los últimos años se han vuelto cada vez más importantes para los propietarios minoristas. AMC es el séptimo contribuyente más grande al arriendo para National Retail Properties, otro Reit.
Palabra clave: experiencia
"Las salas de cine son ahora una parte importante del ecosistema de los centros comerciales y han sido una opción popular de ‘relleno’ durante los últimos cinco años", dijo Vince Tibone, jefe del sector minorista de los asesores de propiedades comerciales Green Street. “Ha habido un gran cambio desde sólo vender productos. La palabra clave ha sido la experiencia”.
Cerca de 90 de los 240 centros comerciales “A” de alta calidad en EEUU tienen cines, según Green Street, mientras que unos 170 de los 700 centros “B” y “C” de menor calidad los tienen.
Regal ha descrito sus cierres como “temporales”. Los cierres permanentes supondrían un dolor de cabeza aún mayor para los propietarios, porque las salidas de los “anclas” de los malls pueden activar cláusulas para otros inquilinos que les permitan asegurar un arriendo más bajo o cancelar sus contratos de arrendamiento por completo.
Los cines que se van para siempre también requieren que los propietarios inviertan sumas considerables para convertir los espacios para que los usen otros arrendatarios, agregó Tibone. “Es bastante costoso convertir una antigua sala de cine en un inquilino diferente. No hay otro uso que requiera suelos inclinados”.
Mooky Greidinger, director ejecutivo de Cineworld, dijo que la compañía no reabriría Regal hasta que tuviera una “lista completa” de éxitos de taquilla durante al menos dos meses, lo que puede no ser el caso hasta bien entrado el próximo año.
Hipes, quien además de administrar el centro comercial de Oviedo también es dueño de una tienda de hamburguesas en la propiedad, dijo que su propio restaurante estaba funcionando bien a pesar del cierre del cine. “Si eres un emprendedor, lo resuelves”.
Confía en que el teatro Regal del centro comercial finalmente reabrirá. “No se van a alejar de esta buena ubicación. Solo tienen que esperar a que salgan las películas”.